¿Qué es el Karma?
La ley del karma (según la tradición dhármica) es un ejemplo especial de la ley de causa y efecto que establece que nuestras acciones físicas, verbales y mentales son causas, y nuestras experiencias son sus efectos. La ley del karma enseña por qué cada individuo posee una disposición mental, una apariencia física y unas experiencias únicas. Estas son los efectos de las incontables acciones que cada uno ha realizado en el pasado. Puesto que no hay dos personas que hayan realizado las mismas acciones en vidas pasadas, nadie puede tener los mismos estados mentales, experiencias y apariencia física que otro.
Cada ser posee su propio karma individual.
Algunas personas disfrutan de buena salud y otras sufren enfermedades sin cesar. Unas tienen un físico atractivo y otras no. Algunas siempre están alegres y se conforman con poco, mientras que otras suelen estar de mal humor y nunca están satisfechas. Algunas personas entienden con facilidad el significado de las enseñanzas espirituales, pero otras las encuentran difíciles y oscuras.
La palabra karma significa 'acción' y se refiere principalmente a nuestras acciones físicas, verbales y mentales. Las acciones que efectuamos dejan huellas o impresiones en nuestra mente muy sutil que, con el tiempo, producen sus correspondientes resultados. Nuestra mente es comparable a un campo de siembra, y las acciones que cometemos, a las semillas que en él se plantan. Las acciones virtuosas son las semillas de nuestra felicidad futura, y las perjudiciales, las de nuestro sufrimiento. Estas semillas permanecen ocultas en nuestra mente hasta que producen su efecto, cuando se reúnen las condiciones necesarias para su germinación. Además, desde que se realiza la acción original hasta que maduran sus consecuencias, pueden transcurrir varias vidas.
Como resultado de nuestras acciones o karma, renacemos en este mundo impuro y contaminado y tenemos problemas y dificultades sin cesar. Nuestras acciones son impuras porque nuestra mente está contaminada por el veneno interno del aferramiento propio. Esta es la razón principal por la que experimentamos sufrimiento. Este es producido por nuestras propias acciones o karma y no es un castigo impuesto por nadie. Sufrimos porque hemos cometido numerosas acciones perjudiciales en vidas pasadas. El origen de estas malas acciones son nuestras propias perturbaciones mentales, como el odio, el apego y la ignorancia del aferramiento propio.
Cuando hayamos eliminado de nuestra mente el aferramiento propio y demás engaños, nuestras acciones serán puras.
Como resultado de estas acciones, nuestras experiencias, nuestro mundo, cuerpo y disfrutes, y los seres que nos rodean, también serán puros. No quedará ni el menor rastro de sufrimiento, impureza ni dificultades. De esta manera, encontraremos la verdadera felicidad en nuestra mente.
Trasmutar el Karma negativo
Como podemos ver, el karma es simplemente el resultado de cómo usamos la energía divina que fluye a través nuestro momento a momento. Tenemos la opción de usarla positiva o negativamente.
Sin duda habremos hecho mucho bien a lo largo de nuestras vidas acumulando muy buen karma. Sin duda también hemos cometido muchos errores. Es parte de nuestra vida en la Tierra.
Cuando la energía fluye libremente por nuestros cuerpos, experimentamos buena salud. Éste es el principio básico del Tai Chi, del Reiki o de la Medicina China. Los problemas con nuestra salud, nuestra mente o nuestras relaciones con nosotros mismos y con los demás, a menudo surgen porque nuestra energía está bloqueada.
Ésta densificación de la energía es el resultado de pensamientos, sentimientos y acciones negativas, en otras palabras, mal karma.
A veces tras buscar curas tradicionales y alternativas nos hemos encontrado con que aún se repiten en nosotros patrones antiguos de comportamiento (que ya no nos sirven) que nos llevan una y otra vez a desequilibrios no deseados. Esto se puede deber a que no hemos erradicado la causa original a nivel energético.
La Neurobiología ha demostrado que guardamos en nuestras células la memoria de cada incidente que hemos experimentado, desde la más tierna infancia hasta la última discusión que hayamos tenido.
También existe el karma que afecta a grupos de personas (familias, pueblos, naciones...). Éste se manifiesta a menudo en odio, prejuicios y guerras de poder.
Todos hemos experimentado el sentimiento liberador que llega cuando perdonamos a otros o nos perdonan a nosotros. El Perdón puede disolver durezas y cristalizaciones del corazón, enfrentamientos y sentimientos de culpabilidad. El Perdón abre nuestro corazón al Amor, y es una de las fuerzas más grandes del Universo.
Mediante el perdón podemos sanar recuerdos dolorosos y ayudar a resolver problemas relacionales. Sentiremos cómo se liberan de tremendas cargas emocionales y seremos libres para continuar adelante con nuestras vidas..

Para trasmutar el Karma negativo, puedes seguir 10 sencillos pasos, que te ayudarán en muchos aspectos de la vida diaria
1.- Aprende a guardar silencio en los momentos de mayores turbulencias.
2.- Evita juzgar a las demás personas.
3.- Enfoca tu atención sobre las cosas que más te agradan.
4.- Mantente quieto, es en vano luchar (recuerda que sólo es una prueba).
5.- Ten esperanza, lo que parece real es sólo un mal pensamiento. ¡Cámbialo!
6.- Perdona, suelta, y libera.
7.- Habla siempre en positivo.
8.- Medita por lo menos dos veces al día. ( 5 minutos sería muy buen comienzo)
9.- Visualiza situaciones agradables para ti y todos tus seres queridos.
10.- Otorga Amor sin importar lo que recibas.
(FUENTES: Introducción al Budismo y El Arcángel)
Si quieres profundizar en el conocimiento del Karma y la Reencarnación, te recomendamos la Trilogía del Karma de Annie Besant, que puedes encontrar en El Jardín del Libro, compuesta por estos tres títulos:
- La ley del Karma (Tomo I),
- Cómo se vive después de la Muerte (Tomo II) y
- Reencarnación (Tomo III)
El tema del Karma es apasionante. Existe numerosa bibliografía en el mercado. Nosotros te recomendamos que visites este link, o hagas clic en la imagen.