Dice un viejo refrán que "donde está el cuerpo está la muerte" y no le falta razón. Desde el momento en que nacemos empezamos a morir, aunque no tengamos clara cual es la fecha exacta de caducidad en nuestra "etiqueta vital".
Muerte y vida. Vida y muerte. Dos caras de la misma moneda. Sin embargo, parece que de las dos, la muerte es la que más fascina al hombre, por su irremediable acontecer y por ser, quizá, lo único que no podemos evitar en la vida..
Cada cultura tiene un modo de enfrentarse y gestionar la muerte, propia y de los seres queridos. En occidente, a pesar de que poco a poco vamos abriéndonos a visiones más desdramatizadoras de la muerte, todavía cuesta trabajo aceptarla y se aborda, en muchos casos, como un tema tabú, del que no se puede hablar, porque trae mala suerte. Es decir, que la muerte atrae a la muerte.
Desde una perpectiva espiritual, la muerte se aborda con mayor naturalidad. En algunos casos, como un mero tránsito entre estados del ser. Un paso de la materia a la energía, que se renueva en cada ciclo, en cada reencarnación, como ocurre en la propia naturaleza.
Hay quien piensa que en una misma vida, pasamos por muchas muertes, cada vez que dejamos atrás fases, personas, hechos, para volver a renacer de nuestras cenizas..
Filósofos y pensadores de todos los tiempos han hecho mención a la muerte y han dado su visión sobre ella. A continuación, recopilamos para ti 40 de esos pensamientos y un Cuento Budista que nos habla de lo inexorable de la muerte
1.- La muerte es algo que no debemos temer porque, mientras somos, la muerte no es y cuando la muerte es, nosotros no somos. – Antonio Machado
2.- Quien le enseña al hombre a morir, le enseña a vivir. Montaigne
3.- La muerte como final de tiempo que se vive, sólo puede causar pavor a quien no sabe llenar el tiempo que le es dado a vivir. Victor Frankl
4.- Pero la vida es corta: viviendo, todo falta; muriendo, todo sobra. Lope de Vega
5.- ¿Miedo a la muerte? Uno debe temerle a la vida, no a la muerte. Marlene Dietrich
7.- La muerte no nos roba los seres amados. Al contrario, nos los guarda y nos los inmortaliza en el recuerdo. La vida sí que nos los roba muchas veces y definitivamente. -François Mauriac
8.- La muerte para los jóvenes es naufragio y para los viejos es llegar a puerto. Baltasar Gracián.
9.- ¿De qué otra forma se puede amenazar que no sea de muerte? Lo interesante, lo original, sería que alguien lo amenace a uno con la inmortalidad. – Jorge Luis Borges
10.- A la muerte se le toma de frente con valor y después se le invita a una copa. Edgar Allan Poe
11.- A menudo el sepulcro encierra, sin saberlo, dos corazones en un mismo ataúd. – Alphonse de Lamartine
13.- Así como una jornada bien empleada produce un dulce sueño, así una vida bien usada causa una dulce muerte. Leonardo da Vinci
14.- Ni temas ni desees la muerte. Marco Valerio.
15.- Algo hay tan evidente como la muerte y es la vida. Charles Chaplin
16.- Es más fácil soportar la muerte sin pensar en ella, que soportar el pensamiento de la muerte. Blaise Pascal
17.- La muerte es un ensueño sin ensueños. Napoleón Bonaparte
18.- La muerte es el comienzo de la inmortalidad.Maximilian Robespierre
20.- Al palpar la cercanía de la muerte, vuelves los ojos a tu interior y no encuentras más que banalidad, porque los vivos, comparados con los muertos, resultamos insoportablemente banales. Miguel Delibes.
21.- Aprende a vivir y sabrás morir bien. Confucio
22.- La muerte es algo que no debemos temer porque, mientras somos, la muerte no es y cuando la muerte es, nosotros no somos. Antonio Machado
23.- Es más cruel temer a la muerte que morir. Publio Siro
25.- Hay que esperar lo inesperado y aceptar lo inaceptable. ¿Qué es la muerte? Si todavía no sabemos lo que es la vida, ¿cómo puede inquietarnos conocer la esencia de la muerte? –Confucio
26.- Hacemos el balance de nuestra vida, pero sabemos que el verdadero fiscal es la muerte y que su veredicto lo conocemos de antemano. Compañera final e inevitable. Pero, amiga o enemiga. – Carlos Fuentes
27.- Lo único que nos separa de la muerte es el tiempo. Ernest Hemingway
28.- Es más fácil soportar la muerte sin pensar en ella, que soportar su pensamiento sin morir. Blaise Pascal
29.- La muerte no se teme, si se ha vivido sabiamente. Buda
30.- Es posible que el objetivo de la vida del hombre sobre la tierra consista precisamente en esforzarse en forma constante por alcanzar una meta. Es decir que el objetivo mismo es la vida misma y no la meta, que por supuesto no debe consistir en dos más dos son cuatro. Y dos veces dos, damas y caballeros, no es ya la vida sino el comienzo de la muerte. – Fiódor Dostoyevski
32.- Después de todo la muerte es sólo un síntoma de que hubo vida. Mario Benedetti
33.- La muerte hace ángeles de todos nosotros y nos da alas donde antes teníamos sólo hombros… suaves como garras de cuervo. Jim Morrison
34.- El recordar que estaré muerto pronto es la herramienta más importante que he encontrado para ayudarme a tomar las grandes decisiones en la vida. Porque casi todo —todas las expectativas externas, todo el orgullo, todo temor a la vergüenza o al fracaso— todas estas cosas simplemente desaparecen al enfrentar la muerte, dejando sólo lo que es verdaderamente importante. Recordar que uno va a morir es la mejor manera que conozco para evitar la trampa de pensar que hay algo por perder. Ya se está indefenso. No hay razón alguna para no seguir los consejos del corazón. Steve Jobs
35.- He meditado a menudo sobre la muerte y encuentro que es el menor de todos los males. Francis Bacon
36.- Así, frente a la muerte hay dos actitudes: una, hacia adelante, que la concibe como creación; otra, de regreso, que se expresa como fascinación ante la nada o como nostalgia del limbo. Una civilización que niega a la muerte, acaba por negar la vida. -Octavio Paz
37.- La muerte es un castigo para algunos, para otros un regalo, y para muchos un favor. -Séneca
38.- No tengo miedo a la muerte, pero no tengo prisa por morir. Tengo mucho que hacer primero. Stephen Hawking
39.- A los muertos no les importa cómo son sus funerales. Las exequias suntuosas sirven para satisfacer la vanidad de los vivos. Eurípides
40.- Es estúpido quien confiesa temer la muerte no por el dolor que pueda causarle en el momento en que se presente, sino porque, pensando en ella, siente dolor: porque aquello cuya presencia no nos perturba, no es sensato que nos angustie durante su espera. Epicuro
Cuentan que una madre llorosa se acercó a Buda con su hijo muerto en brazos.
-"¡Por favor, iluminado, ayúdame!" le dijo, con el rostro cubierto de lágrimas.
-"¿Qué puedo hacer por ti?" preguntó Buda extendiéndole la mano.
-"Cura a mi hijo, no puedo vivir sin él. Tú eres un hombre de grandes poderes, devuélvele la vida".
Buda esbozó una sonrisa compasiva y le dijo: "con gusto haré lo que me pides y sólo te pediré algo a cambio: debes traerme tres semillas de mostaza que obtengas de un hogar al que jamás haya visitado la muerte".
La madre se alegró, y con el niño sin vida aún en brazos, corrió rumbo a la aldea para cumplir su parte. En la primera puerta que tocó una mujer se ofreció a entregarle las semillas.
-"Seguramente que en esta casa nadie ha muerto" dijo la madre.
-"Los que vivimos bajo este techo somos pocos, comparado con todos los que murieron aquí" dijo la mujer... Así que la madre debió rechazar las semillas.
En la segunda puerta se enteró que hacía un año el hermano del dueño había muerto a causa de un accidente. Lo mismo le sucedió el resto del día: si no había sido un hermano, era un hijo o algún otro familiar el que había fallecido en el pasado.
Al atardecer volvió al bosque, aún con el niño sin vida en sus brazos. "Así que no hay cura para la muerte, después de todo" pensó y enseguida dejó al pequeño sobre una cama de flores. Luego regresó al lugar donde se encontraba Buda y le dijo con resignación:
- "Es imposible, no existe el hogar que jamás haya conocido la visita de la muerte".
- "No eres la única que ha perdido un hijo frente a la muerte" dijo Buda.
- "Por favor, admíteme como tu discípula" pidió la mujer, que fue inmediatamente aceptada.
Una tarde que meditaba observando una lámpara de aceite, vio como las llamas se apagaban una tras otra. "La vida es como esta llamas. Algunas arden, otras se agitan y se van" -pensó.
Y cuentan que pasadas las horas seguía observando la lámpara, hasta que alcanzó la iluminación.
Dice el Dhammapada, un libro que recoge las enseñanzas de Buda, esta frase que se acerca a la experiencia de la madre: "Cual torrente que arrasa un poblado, así la muerte se lleva consigo lo que atesoramos. Cuando ésta llega con todo su poder, hijos, parientes y amigos no pueden detenerla."
Ya que no es posible detenerla, curarla o escaparle ¿qué nos queda?
Libros que te pueden interesar
El ajetreo de los tiempos modernos no nos deja mucho tiempo para reflexionar en el fin de la vida y, de hecho, quizá temamos que la alegría desaparezca si lo hacemos. Sin embargo, cuando pensamos activamente en la muerte y nos preparamos para ella, ocurre justamente lo contrario: nuestra vida se llena de felicidad y de paz, y nos sentimos realizados al tiempo que desaparece el miedo a morir.
El maestro de budismo tibetano Lama Zopa Rimpoché ha impartido enseñanzas sobre la muerte y el morir durante muchos años en las que se incluyen consejos esenciales para ese momento crucial que supone la transición de una vida a la siguiente; son unas enseñanzas muy profundas pero a la vez accesibles.
Recientemente pidió que los estudiantes (tanto principiantes como avanzados) pudieran tener acceso a todas ellas, y esta es la razón de la publicación de este libro en el que se aunan los consejos esenciales de Lama Zopa para el momento de la muerte, así como también prácticas y recomendaciones para alcanzar la más profunda de las aspiraciones de la vida.
«La técnica que aquí se presenta conlleva como objetivo el aportar una felicidad duradera en nuestra vida; pero no se refiere a esa felicidad habitual basada en la alucinación creada por el deseo, el orgullo y otras emociones cuya característica principal no es más que sufrimiento, como descubrimos cuando las sometemos a un análisis. Aquí, por el contrario, hablamos de auténtica paz interior y felicidad, que aportan satisfacción, plenitud y sentido a la vida, y esto es gracias a la técnica de los cinco poderes, a integrarla en la vida.» -Lama Zopa Rimpoché
Las experiencias científicas de la doctora Kübler- Ross nos hacen comprender que la experiencia de la muerte es casi idéntica a la del nacimiento, puesto que se trata del inicio de otra existencia, el paso a un nuevo estado de conciencia en el que se continúa experimentando, viendo y oyendo, comprendiendo y riendo, y en el que se tiene la posibilidad de continuar el crecimiento espiritual.
Gracias a ella sabemos que una luz brilla al final, y que a medida que nos aproximamos a esa luz nos sentimos llenos del amor más grande, indescriptible e incondicional que podamos imaginar.
Elizabeth Kübler-Ross (Zurich, 1926 - Scottsdale, Arizona, 2004). Estudió medicina y psiquiatría. Se especializó en estudios sobre la muerte y los cuidados paliativos. La necesidad de estudiar científicamente qué experimentaban los moribundos, surgió en su juventud cuando tomó la decisión de participar como voluntaria en la recuperación del campo de concentración de Meidaneck (Polonia). Este aprendizaje la llevó a investigar la experiencia final de la vida. Escribió veintidós libros que han sido traducidos a más de veinticinco idiomas. Su infatigable labor ha sido reconocida y aclamada en el mundo entero, con el beneplácito de millones de lectores.
"Un relato esclarecedor de lo que nos aguarda tras la muerte y el despertar final. Uno de los testimonios espirituales más lúcidos y poderosos de nuestro tiempo". BESTSELLER DEL NEW YORK TIMES
Es esta una historia de amor, un amor inmenso e incondicional con una visión revolucionaria de lo que somos en realidad, de por qué estamos aquí y de cómo podemos superar cualquier miedo o impulso negativo que esté marcando nuestras vidas.
A lo largo de más de cuatro años, el avance implacable de un cáncer llevó a Anita Moorjani a las puertas de la muerte y hasta lo más profundo de la propia morada de la muerte. Ella describe todo ese proceso minuciosamente en este libro, un libro escrito para conmover el alma.
Finalmente, logró curar su cuerpo gracias a todo lo que vivió y comprendió en el más allá, y me ha comentado que siente que ha vuelto para enseñar a todo el mundo esta sencilla pero poderosa lección que no solo puede curarnos a todos, sino también transformar el mundo entero.
En esa ECM (Experiencia Cercana a la Muerte) percibió algunos aspectos de lo que podría ser su vida futura, comprendiendo que una de las razones por las que decidió regresar a su vida en el cuerpo fue por el aporte que significaría a nivel humano el dar a conocer su experiencia en tal estado, y que esta labor no requeriría de hacer nada especial, sino ser sólo ella misma y permitir ser instrumento para aquello que tuviera que suceder a su través.
Más libros sobre la Muerte, AQUÍ